¡Poné a Lugüercio!: Italia 1 - Paraguay 1

"Uóooooooh, ¡cómo pegó eso, vieja!" (?)

Seguramente uno de los partidos más atractivos que ofrecía esta semana, al menos en la previa.
Y no estuvo mal, pero tal vez por la lluvia o por los nombres, no hubo tanto fóbal como nos hubiese gustado a todos. La realidad indica que, por el lado de Italia, ningún jugador se animó a parar la pelota y levantar la cabeza. Por el lado de Paraguay, el que más se hizo cargo de la pelota fue Vera desde el sector derecho guaraní.
Poco juego. Es cierto que la pelota es cualquiera: ya no se necesitan más pruebas que los partidos vistos hasta el momento, y si encima le metemos un montón de lluvia, la cosa se complica aún más. Los tanos y los paraguayos se cagaron a patadas para no aburrirse sin desordenarse demasiado. Las jugadas más peligrosas se dieron a raíz de alguna pelota parada o algún rebote que descolocó a las defensas.
Vamos al primer tiempo: Paraguay muy ordenado, esperando y tratando de salir de contra. Italia, acostumbrado a hacer lo propio, tuvo la pelota en los primeros 30 minutos, pero no supo profundizar su juego. Los del Tata Martino estaban bien parados, aunque por el lado de Morel Rodríguez se podía entrar sin hacer tanto escándalo.
Lippi planteó un esquema con un solo punta-punta, que era Gilardino y prácticamente ni la tocó, porque todos los bochazos que iban al área era bien descolgados por Justo Villar o revoleados a la mierda por los centrales paraguayos: Alcaraz y Da Silva. En el medio de la cancha, ganaba Italia casi siempre, por lo que el albi-rojo intentó llegar al área rival por los costados, principalmente por la izquierda de la mano de Aureliano Torres, pero tampoco llegaba con peligro. La más jodida fue un zapallazo desde lejos que se fue a un par de metros del arco de Buffon. Pero en una contra, le tiraron la pelota a Haedo Valdéz, Chiellini le tocó la espaldita como haciéndole un mimo y el atacante paraguayo se tiró como si le hubiesen metido un escopetazo en el orto: el árbitro mejicano compró, Aureliano Torres se hizo cargo, tiró un gran centro al corazón del área para que aparezca Alcaraz ganando de cabeza ante Cannavaro y De Rossi. Le cambió el palo a Buffon y el 1 italiano, que se quedó dureca, moría vírgen en la primera etapa. Y así, al descanso.
En el comienzo de la segunda etapa, a Lippi se le ocurrió que estaría bueno sacarlo a Buffon. Durante la transmisión decían que podría estar lesionado, pero como no batió ninguna en todo el partido, yo dudo que haya pasado eso: a la cancha Marchetti.
Paraguay más organizado y tomando protagonismo en ataque, descuidando un poco la defensa. Ahí aprovechaba Italia para ganar de contra, cruzando bochazos para Iaquinta o Simone Pepe (en el primer tiempo lo bardeó a Morel Rodríguez diciéndole algo así como "vo' sos contra mío") y buscando a Gilardino en el centro del área. De todos modos, las situaciones de gol, no llegaban nunca. Los paraguayos se defendían bien, aunque con algo de desprolijidad y hasta desesperación, ya que pelota que caía, la revoleaban sin mirar adónde. Así Italia pegó un córner, y desde la izquierda, llegó el centro de Pepe, Justo Villar salió a mandarle saludos a su vieja que estaba en la tribuna y De Rossi, con el pie, la rodilla, la verga o el pecho, la terminó empujando: 1 a 1.
Por historia, experiencia o nombres, alguno pensaría que Paraguay firmaba el empate, y la verdad es que no fue tan así. El Tata mandó a la cancha a Roque Santa Cruz y a Tacuara Cardozo para ver si al menos pateaban al arco, cosa que ni Valdéz ni Lucas Barrios hicieron. Ahí fue cuando los paraguayos se dignaron a pisar el acelerador. Aunque sin claridad ni tantas ideas, iban, a lo loquito, pero iban. Y Cannavaro los esperaba para movérselos de dorapa.
¿Y del otro lado? Puro bochazo para Pepe que también iba como un loquito, pero no generaba nada, apenas un tiro desde el borde del área que fue al medio del arco. La más clara, de hecho, estuvo en el pié derecho de Montolvino "que tiene una pegada bárbara" se la pasó diciendo Niembro: le pegó una sola vez, todas las otras veces la regaló, hizo alguna de más o dio el pase a un costado.
A la cancha, para ganar en velocidad o meter más zapallazos al área, Maruo Camoranessi: metió una murra terrible ni bien entró. Amarilla. En la segunda que estuvo cerca de la pelota, le dio de atrás a Morel Rodríguez y el árbitro salta-muro lo dejó jugar gratis.
En fin, corrieron, se dieron, prometieron, pero quedó en un simple 1 a 1. Mucha actitud, pero poco fúlbo.

Off topic: tengo sueños mojados con la idea de un árbitro mala onda que pare el partido y diga que la cosa no sigue hasta que paren las cornetas. Gracias.